Ingredientes:
- 250 g de harina para todo uso
- 200 g de azúcar en polvo
- 200 g de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 3 huevos (80 g cada uno)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- Una pizca de sal
Preparación:
1. Preparar los ingredientes:
Primero, asegúrate de tener todos los ingredientes necesarios y en las cantidades correctas. Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Engrasa y enharina un molde para pastel de aproximadamente 23 cm (9 pulgadas) de diámetro. Esto garantizará que tu pastel no se pegue al molde y se desmolde fácilmente después de hornearse.
2. Mezclar la mantequilla y el azúcar:
En un bol grande, bate la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar en polvo hasta obtener una mezcla cremosa y ligera. Este paso es crucial para incorporar aire a la mezcla, lo que ayudará a que el pastel tenga una textura suave y esponjosa. Puedes usar una batidora eléctrica para facilitar el proceso y asegurarte de que la mantequilla y el azúcar se combinen adecuadamente.
3. Añadir los huevos:
Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Es importante asegurarte de que cada huevo esté completamente mezclado antes de añadir el siguiente. Esto ayudará a mantener la textura y consistencia de la masa. Añade el extracto de vainilla y mezcla bien. La vainilla aportará un delicioso aroma y sabor al pastel.
4. Añadir los ingredientes secos:
En otro bol, tamiza la harina, el polvo de hornear y la sal. Tamizar ayuda a evitar grumos y asegura una mezcla homogénea. Añade estos ingredientes secos a la mezcla de mantequilla y azúcar en tres partes, mezclando suavemente hasta que estén bien incorporados. No mezcles en exceso para evitar que el pastel quede duro. La mezcla debe ser suave y homogénea, sin grumos visibles de harina.
5. Verter en el molde:
Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula para que el pastel se hornee de manera uniforme. Alisar la superficie también ayuda a evitar que el pastel tenga una forma desigual o se hornee de manera desigual.
6. Hornear:
Hornea en el horno precalentado durante 30-35 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio. Cada horno es diferente, así que empieza a revisar el pastel a los 30 minutos para evitar que se queme. El tiempo de horneado puede variar ligeramente dependiendo de tu horno, así que es importante estar atento a las señales visuales y táctiles de que el pastel está listo.
7. Dejar enfriar y servir:
Deja enfriar el pastel en el molde durante 10 minutos antes de desmoldar. Esto permite que el pastel se asiente y sea más fácil de manejar. Después, deja enfriar completamente sobre una rejilla antes de cortar y servir. Enfriar el pastel en una rejilla evita que se humedezca en el fondo y permite que el aire circule alrededor del pastel, enfriándolo de manera uniforme.
¡El famoso pastel de mantequilla que vuelve loco al mundo entero se deshace en tu boca!
Este pastel es la combinación perfecta de simplicidad y sabor. Con una textura suave y un sabor rico y mantecoso, es ideal para cualquier ocasión, ya sea una fiesta de cumpleaños, una reunión familiar o simplemente un capricho para el té de la tarde.
Consejos y Variaciones:
Decoración:
- Azúcar glas: Espolvorea un poco de azúcar glas sobre el pastel enfriado para darle un toque elegante y un extra de dulzura. Esto no solo mejora el sabor sino que también añade una presentación atractiva.
- Glaseado: Prepara un glaseado sencillo con azúcar glas y un poco de jugo de limón o leche y rocía sobre el pastel. El glaseado puede añadir una capa adicional de sabor y humedad.
- Frutas frescas: Decora con frutas frescas como fresas, frambuesas o arándanos para añadir un toque de color y frescura. Las frutas frescas también aportan un contraste de sabor que complementa bien el pastel.
Sabor adicional:
- Ralladura de limón o naranja: Añade ralladura de cítricos a la masa para un sabor fresco y vibrante. Los cítricos pueden equilibrar la riqueza de la mantequilla.
- Especias: Agrega una pizca de canela o nuez moscada para darle un toque especiado. Las especias pueden añadir profundidad y complejidad al sabor del pastel.
Acompañamientos:
- Helado: Sirve una rebanada de pastel de mantequilla con una bola de helado de vainilla para un postre indulgente. La combinación de pastel tibio con helado frío es irresistible.
- Crema batida: Un poco de crema batida casera puede complementar perfectamente la riqueza del pastel. La crema batida añade ligereza y suavidad que contrastan con la densidad del pastel.
Versión sin gluten:
- Sustituye la harina para todo uso con una mezcla de harina sin gluten y asegúrate de que el polvo de hornear sea también sin gluten. Esto permite que personas con intolerancias al gluten disfruten del pastel sin problemas.
Información Nutricional (aproximada por porción):
- Calorías: 320 kcal
- Grasas: 18 g
- Carbohidratos: 35 g
- Proteínas: 4 g
Historia del Pastel de Mantequilla:
El pastel de mantequilla es un clásico de la repostería, conocido por su simplicidad y sabor decadente. Originario de Europa, este pastel ha sido un favorito en muchos hogares debido a sus ingredientes básicos que normalmente están disponibles en cualquier cocina. A lo largo de los años, se han desarrollado muchas variaciones de este pastel, incorporando diferentes sabores y técnicas de decoración, pero la base sigue siendo la misma: una mezcla equilibrada de mantequilla, azúcar, huevos y harina.
El pastel de mantequilla es especialmente popular en países como Francia y Alemania, donde las recetas tradicionales se han transmitido de generación en generación. En Estados Unidos, el pastel de mantequilla ha encontrado su lugar en la repostería sureña, donde a menudo se sirve en celebraciones familiares y festividades.
¿Por qué Hacer tu Propio Pastel de Mantequilla?
Hacer tu propio pastel de mantequilla en casa tiene múltiples beneficios. No solo puedes controlar los ingredientes y evitar aditivos y conservantes, sino que también puedes personalizar el pastel según tus preferencias y las de tu familia. Además, nada se compara con el aroma y el sabor de un pastel recién horneado en casa.
Hornear en casa también te permite experimentar con diferentes variaciones y sabores, adaptando la receta básica a tus gustos personales. Puedes probar con diferentes tipos de harina, añadir frutas secas o nueces, o incluso incorporar ingredientes como el chocolate o el coco para darle un giro único.
Conclusión:
Preparar un pastel de mantequilla es una excelente manera de disfrutar de un postre delicioso y reconfortante. Con ingredientes simples y un proceso de elaboración fácil, este pastel se convertirá rápidamente en uno de tus favoritos. Ya sea que lo sirvas en una ocasión especial o simplemente como un capricho, este pastel de mantequilla seguramente deleitará a todos.
El pastel de mantequilla no solo es delicioso, sino que también es versátil. Puedes disfrutarlo solo, con una taza de té o café, o incluso como base para un postre más elaborado. Su sabor clásico y su textura suave lo hacen ideal para cualquier momento del día.